Ejemplo de un ensayo argumentativo

[Título:] LA ÉTICA Y LA CRISIS ECOLÓGICA

Andrés Lund Medina
Plantel 6 de la ENP, Colegio de Filosofía

[Epígrafe:] ¿Qué le han hecho a nuestra Tierra, a nuestra noble hermana?
Saquearla y herirla, violarla y morderla, acuchillada en el costado del amanecer.
Jim Morrison (The Doors), Cuando la música termine
[Narración:] En estos últimos años, a diario vemos en los periódicos noticias alarmantes sobre el estado ecológico de nuestro planeta. Informaciones como que “el hielo de los glaciares de Groenlandia y de algunas zonas de la Antártida se derrite a un ritmo récord”, que “más de un tercio de las 300 mayores empresas del mundo no están abordando los riesgos frente al cambio climático” o que “una masa de agua cálida invade el Ártico y derrite el hielo a gran velocidad.” A veces nos inquietamos un poco, pero preferimos dejar el tema de lado, sin saber qué decir o hacer. Si somos maestros de Ética, como en mi caso, nos olvidamos del asunto mientras disertamos en nuestros cursos sobre la felicidad según Aristóteles o el “darse la buena vida”. Si estamos más actualizados, discutiremos los dilemas bioéticos actuales, como las “controversias sobre las células troncales” o “el estatuto ontológico y ético del embrión humano.” No obstante, una pregunta se queda en el fondo de nuestra conciencia: ¿cuál es el destino de nuestra Patria-Tierra ante la enormidad de la crisis ecológica?   
Doscientos expertos científicos de Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU han comprobado que las emisiones de gases de efecto invernadero de la sociedad industrial son la causa principal del calentamiento global. Advierten, además, que “las consecuencias de los cambios van a ser más dramáticas de lo anunciado hasta ahora y van a tardar menos en llegar.” Afirman que de seguir el mismo ritmo de producción y consumo energético del mundo actual, se prevé que se rebasen los 2º C de temperatura global. Con ello, los casquetes polares se fundirán, las islas y ciudades costeras serán cubiertas por el mar, la producción de alimentos disminuirá significativamente y se extinguirá el 30% de las especies vivas del planeta. Un Informe sobre el cambio climático para la ONU, hecho por 2 mil quinientos científicos de todo el mundo, anuncia en un futuro no muy lejano “hambrunas, desplazamientos obligados de millones de personas y la desaparición de especies animales y vegetales.”
[Exordio:] Pese a que los maestros de Filosofía hemos defendido a nuestras asignaturas en el bachillerato y en la universidad en estos últimos años, el hecho es que no hemos asumido los problemas más importantes de la época actual en nuestros cursos, limitándonos a repetir una tradición escolar que muchas veces se queda en la repetición de la Historia de la Filosofía o en el análisis y las minucias de problemas éticos e incluso bioéticos. Sin embargo, al no tratar los grandes problemas de nuestros tiempos, como el de la crisis ecológica, sólo devaluamos a la Ética y a la Filosofía, volviéndolas disciplinas ajenas a la vida.
[Proposición:] ¿Qué hacer al respecto?
Creo que todos los docentes de Filosofía deberíamos desarrollar de manera destacada en el curso de Ética de la ENP el tema de la crisis ecológica porque incluso en la última unidad el programa se abre a los problemas morales contemporáneos y el de la crisis ecológica es uno de las más graves complicaciones que atraviesa la humanidad en nuestros tiempos; además, abordar este tema les permitiría a nuestros estudiantes tener una visión más amplia y compleja del mundo en el que viven y los conectaría con las discusiones más relevantes de la ética actual (derechos de los seres vivos, de los animales, de las generaciones futuras, etc.). 
[División:] En lo que sigue intentaré, primero, fundamentar mi propuesta; en segundo lugar, aclararé y responderé dudas y objeciones posibles; luego trataré de refutar posibles argumentos en contra.
[Subargumentos:] Examinemos con más detalle, entonces, las razones que sustentan mi propuesta.
En primer lugar, si lo pensamos bien, la última unidad del curso nos llama a considerar los “problemas morales contemporáneos” y el de la crisis ecológica es quizás el más grave de esos problemas porque está íntimamente vinculado con el del “cambio climático”, proceso estudiado y confirmado por un grupo de científicos internacionales que han advertido de las consecuencias devastadoras para la civilización humana de no tomarse medidas urgentes; además, la crisis ecológica resulta de extrema gravedad porque la acelerada destrucción de ecosistemas (bosques, selvas, etc.), la extensión de la desertificación de tierras, la contaminación de ríos, mares y océanos, han roto los equilibrios de la naturaleza para la reproducción de la vida. De acuerdo con datos del ecologista Víctor Toledo, el 45% de ecosistemas del planeta están afectados (en gran parte, por la dinámica destructora del capitalismo), de modo que sólo el 55% de ellos es el que da sustento a la vida. Sin embargo, si se mantiene el mismo ritmo de producción capitalista actual, se calcula que en 2025 los ecosistemas vitales habrán disminuido a un 30%. Ello significa una terrible disminución de agua potable, de tierras cultivables, de biodiversidad, de alimentos, es decir: una significativa baja de la capacidad sustentadora y regeneradora de la vida. Por todo lo anterior, creo que está justificada la necesidad de abordar y destacar el tema en nuestros cursos de Ética.
Pero hay más.
En segundo lugar, afirmo que este tema de la crisis ecológica permite una visión más amplia y compleja de los problemas morales del mundo actual porque totaliza, interrelaciona y permite recapitular sobre un conjunto de temas estudiados en el curso. La crisis ecológica se vincula estrechamente con la crisis de valores y la anomia que se extiende en el mundo moderno, con la necesidad de la crítica moral para buscar cambios en los modos de vida, con las posibilidades de libertad y de responsabilidad que se deben desarrollar, etc. Después de tratar este tema, el estudiante tendrá una concepción más compleja del mundo, pero con la posibilidad de pensarse dentro de él como sujeto autónomo y responsable.
Existen, finalmente, otras razones para sostener mi postura.
En tercer lugar, el tema de la crisis ecológica remite directa o indirectamente a algunas de las más interesantes discusiones de la llamada Ética Práctica porque puede ser tratado dentro de la problemática de una nueva Ética ecológica, en la que se reflexionan cuestiones como: ¿debe ser antropocéntrica o biocéntrica? ¿Los animales tienen derechos? ¿Debemos tomar en cuenta, en las decisiones actuales, a las inexistentes próximas generaciones humanas? Me parece, entonces, que el curso de Ética se cierra señalando los límites de la propia Ética pero apuntando a la necesidad de pensar e impulsar alternativas sociales y colectivas que busquen cambiar la vida, transformar al mundo y cuidar a la naturaleza.
[Confirmación-Aclaración de dudas:] Quiero aclarar que no digo que el tema de la crisis ecológica sea lo único que se deba estudiar en clases de Ética ni que nos dediquemos a dar clases de ecología. Lo que sostengo es que “debemos considerar de manera destacada en el curso de Ética de la ENP el tema de la crisis ecológica”, pero no reducir todo el curso a ella. Tampoco afirmo que abandonemos la Ética por la ecología. Sí creo necesario y urgente, en cambio, abordar el tema de la crisis ecológica desde una perspectiva filosófica (crítica y totalizadora) y ética.
Por ‘crisis ecológica’ entiendo una crisis global de la civilización contemporánea, que se manifiesta con el cambio climático, la devastación acelerada de todos los ecosistemas terrestres y las cada vez más terribles carencias de recursos naturales para grandes grupos humanos. La causa de esa crisis es un sistema socio-económico y axiológico-cultural, el capitalismo, que requiere una transformación profunda no sólo de su sistema económico sino de sus valores y modos de vida. 
No afirmo, de modo alguno, que ya no se impartan clases de Ética. Por lo contrario, sostengo que la crisis ecológica se vincula estrechamente con la crisis de valores que se extiende en el mundo moderno. Considero que es necesaria la crítica ética para reflexionar con los estudiantes sobre los urgentes cambios en el modo de vida productivista y consumista que ha topado con sus límites naturales. Todo ello entraña, por supuesto, examinar las posibilidades de libertad y la carga de responsabilidad que deben ser desarrolladas por las nuevas generaciones. Por eso afirmo que el tema de la crisis ecológica fatalmente nos conduce a las polémicas más actuales de la Ética contemporánea, las que discuten sobre la nueva perspectiva de la Ética (antropocéntrica o biocéntrica), sobre los derechos de los animales o de las inexistentes próximas generaciones humanas.
[Confirmación-Respuesta a objeciones:] Sé que algunos objetarán que no estamos preparados para dar ese tema o que no nos corresponde abordarlo. Es verdad que para destacar este tema en el curso de Ética necesitamos prepararnos. Por eso creo que se deben impulsar cursos y discusiones sobre la crisis ecológica en nuestro colegio de Filosofía. Por otro lado, si no abordamos desde la Ética este tema, ¿no condenamos a nuestra disciplina a distanciarse de los problemas prácticos de la vida? ¿Acaso la perspectiva filosófica –crítica, racional, totalizadora- no puede enriquecer la comprensión de la crisis ecológica y trazar alternativas de “buena vida”? 
[Contraargumentación:] No quiero terminar este alegato sin considerar dos posibles contraargumentos, a saber:
Primero, la “crisis ecológica” no es una cuestión propiamente ética y, por tanto, no merece destacarse en nuestro curso de Ética. Sin embargo, si la Ética examina críticamente a la moral y ésta se refiere a las costumbres y modos de vida de una sociedad, entonces no cabe duda de que las causas de la crisis ecológica tienen que ver con la moral actual, esto es: con el modo de vida productivista y consumista, promovido en el capitalismo, que ha abierto una brecha en el intercambio metabólico entre la sociedad y la naturaleza. Por tanto, la “crisis ecológica” tiene una causa moral y requiere una respuesta ética que oriente soluciones económicas, sociales y políticas. Por eso es necesario destacar este tema en nuestros cursos de Ética.
Segundo posible contraargumento: la “crisis ecológica” no es un problema tan grave porque la tecnología sin duda encontrará soluciones para ella. No se le debe, por consiguiente, dar tanta importancia en un curso de Ética. Pero, ¿acaso no ha sido una tecnología funcionando para la acumulación capitalista una de las principales causas de la misma crisis ecológica? ¿No es necesario hacer la crítica filosófica a la peligrosa ilusión de la omnipotencia de la tecnociencia? ¿No es urgente la crítica epistemológica para subrayar que la complejidad de la realidad y las limitaciones del saber humano hacen que las intervenciones tecnológicas tengan, necesariamente, consecuencias imprevisibles? ¿No es pertinente la tentativa ética de subordinar la racionalidad instrumental que guía a la tecnociencia por una racionalidad ambiental, axiológica y democrática?
Justamente por estas cuestiones es necesario destacar, desde una perspectiva ética, el tema de la crisis ecológica en nuestros cursos. 
 [Recapitulación:] Recapitulando: creo que es necesario que los docentes que impartimos Ética en el bachillerato abordemos la cuestión de la crisis ecológica porque es necesaria la reflexión filosófica –crítica, reflexiva, racional- para comprender la complejidad de los grandes problemas de nuestros tiempos y para intentar darles solución. 
[Exhortación:] Pienso que, en nuestros días, a nadie le resultaría un asunto de ciencia ficción imaginar un futuro no muy distante con una Tierra sin las nieves de los casquetes polares y sin islas; un planeta devastado, sin bosques ni selvas, con extensas zonas de tierras desertificadas y océanos prácticamente sin vida. Un mundo agonizante, con unos cuantos seres humanos a punto de la extinción. Tal vez alguno de ellos, en esos momentos, se cuestione sobre la utilidad que tuvieron la Filosofía y la Ética…
Para no llegar a ese extremo, invito a todos mis compañeros de Filosofía a que nos preparemos para abordar en nuestros cursos de Ética la cuestión de la crisis ecológica y las alternativas para solucionarla, que seguramente van más allá de la Ética, pero que no podrán prescindir de ella.
Pero, ¿podremos demostrar que la Filosofía y la Ética son verdaderamente útiles para la Humanidad?